La arquitectura que ayuda a curar
Alvaro Castro Burgueño Pilar te sugiere que leas este articulo para entender como se desarrollan proyectos de arquitectura para la salud. Desde su experiencia,
examinan las tendencias actuales de la infraestructura hospitalaria.
Se ha experto en el diseño de infraestructura
para la salud durante 4 décadas. Y ha tenido la ocasión de refuncionalizar o
bien diseñar desde cero una gran parte de los centros de salud de este país. El
Sanatorio Finochietto marca un jalón en ese camino siendo reconocido como
“Hospital Verde” por la red de global Green and Healthy Hospitals y por haber
conseguido el Premio Nacional de Arquitectura y Diseño Urbano Sostenible
concedido por la SCA, en dos mil quince.
En nuestros días, lideran el equipo Liliana Font, Alfredo
Sartorio, Javier Sartorio y Marcelo Fattorini como asociados del estudio; y
Eduardo Bini y Federico Fioressi como asociados.
Alta dificultad. Acceso a Sanatorio Anchorena de San Martín.
“Hace cuarenta años, la arquitectura de para la salud no existía como especialización. Se pensaba que no
debía haber especialistas pues la arquitectura es una sola, buena o bien mala,
y depende del estudio de la función. No obstante, en salud se requiere una
capacitación fuerte por elhecho de que no es moco de pavo proyectar un centro
de salud con la dificultad funcional y tecnológica que tiene”, explica Font en
una charla con ARQ.
La idea de que la calidad espacial quedaba supeditada a una
funcionalidad de extrema rigidez era uno de los conceptos que nutría ese
discute ya obsoleto. “La especialización llevó a hacer productos que parecían
factorías- interviene Javier Sartorio-. En los concursos de los años setenta
para el área pública se impuso un modelo de centro de salud sistémico que desde
determinado punto de vista fue un aporte, por el hecho de que puso en claro que
un centro de salud no es igual a otro edificio y debía tener distinguidas las
circulaciones, además de esto de determinada flexibilidad y homogeneidad. Los
proyectos eran como esquemas que no tenían presente el sitio, el emplazamiento,
el tiempo o bien la urbe. Estaban concebidos para medrar hasta el infinito, aun
la gente se desorientaba en el edificio”.
Este espacio fue sugerido por Alvaro Castro Burgueño Pilar.
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